El pulido liviano es un proceso abrasivo que actúa directamente sobre la capa más dura del piso, es decir la capa de entre 1 y 3 mm que logran las alisadoras en fresco. Al mantener esta capa, se conserva la máxima resistencia superficial del piso y con el pulido se genera una superficie suave, de gran brillo y fácil mantención. Es un proceso ideal para plantas industriales donde se busque una combinación entre resistencia al tránsito y mantención de condiciones sanitarias.